godaddy

sábado, 10 de abril de 2010

HOLA, GAVIOTA....

Detuve mi barca en una playa solitaria, y me recosté
en la arena, escuchando el murmullo del viento y las
olas.
De tanto en tanto me despertaba el aleteo de una gaviota.
La marea empezaba a subir, y por la posición del sol deduje
que estarías cerca.
Era ya entrada la tarde y el sonido de tus pasos aun no se
escuchaba en la escalera de piedra.
Me senté mirando al horizonte y canté bajito, bajito, una canción
de cuna que me enseñó mi madre.
Las aguas seguían subiendo y aun no llegabas.
Subí a mi barca y volví a mi rutina, sin escuchar tu voz.
Llegó la noche, tendiendo su manto agujereado por las estrellas.
Solo, en mi barca, miro el cielo y medito.
Elevo una oración por esa gaviota que el verano trajo a mi playa.